sábado, 5 de marzo de 2022

Recuerdo tener un bajo violín… nunca supe donde lo conseguí… lo cierto que que en san Benito al no poder tocar la batería tocaba el bajo… y como no sabía tocar nada y le tenía espanto a la música armónica… o sea… ala música que no fuera rítmica… igualmente tocaba el bajo… digitaba esos ejercicio… que vaya a saber de donde los saqué… cromáticos con los cuatro dedos en el mi… luego en la… así hasta el sol… de arriba abajo… para adelante y para atrás… luego seguí tocando el bajo… dejé la batería… la vendí a un conocido de mi hermano que vivía por bogota y campichuelo… que decía que lo que tocaban los weather era malo… no era jazz… era algo menor… luego le saque los trastes… y rellene los surcos con una masilla… y luego cuando compre o no se donde  conseguí otro bajo que fui mejorando día a día… se lo regalé a un pibe que conocía que trabajaba en el quiosco de revista del padre en santa fe y Anchorena… luego, cuando cobré mi primer sueldo en la caja, allá por julio agosto del 83, sekine, un luthier que vivía en avenida del trabajo y Emilio mitre mi hizo un mueble jazz bass, le puse micrófonos di marzio, clavijas schaller y puente schaller… todavía lo tengo… va a cumplir 40 años… es el mejor bajo que tuve y que tendré…

lunes, 13 de julio de 2020



Me contó, una vez, hace ya mucho tiempo, que había nacido en la calle Santa Fe entre Canning y Araoz. Muy paquete y palermitano, ahora, o hace tiempo, que lo palermitano picó en punta y el snobismo le ganó al barrio, al Palermo sensible.

Clínica que paso de solar abandonado por años, a casa de electrodomésticos, a restaurant cool a vaya a saber que es hoy. Hace mucho que no paso por esa cuadra, me dice.



Su madre lo llevó, recuerda, una vez a la existente clínica a ver a los recién nacidos en la maternidad, y vidrio de por medio le dijo, señalando un cuna de plástico transparente entre tantas cunas transparentes: en esa estabas vos cuando naciste.



Ese recuerdo que evoca tiene el sabor del miedo. Todo lo materno tiene ese gusto. Será quizás el recuerdo que mal se recuerda por que es más lo que se cree recordar que la realidad recordada. Lo cierto que esa sensación tiñe lo materno.



Así me lo cuenta y no puedo más que preguntarle si todavía persiste esa impresión. Su muerte, dice, no aliviano ese dejo, que a veces lindó con el terror, pero la pesadez de su presencia se compensó con la liviandad de su ausencia.



Apoya su mano en mi hombro y me mira. Señala el sendero del parque. Nos levantamos y volvemos a caminar.



Hace frio.



domingo, 10 de noviembre de 2019



LA DERROTA

"Pienso que es necesario educar a las nuevas generaciones en el valor de la derrota. En manejarse en ella. En la humanidad que de ella emerge. En construir una identidad capaz de advertir una comunidad de destino, en la que se pueda fracasar y volver a empezar sin que el valor y la dignidad se vean afectados. En no ser un trepador social, en no pasar sobre el cuerpo de los otros para llegar el primero. Ante este mundo de ganadores vulgares y deshonestos, de prevaricadores falsos y oportunistas, de gente importante, que ocupa el poder, que escamotea el presente, ni qué decir el futuro, de todos los neuróticos del éxito, del figurar, del llegar a ser. Ante esta antropología del ganador de lejos prefiero al que pierde. Es un ejercicio que me parece bueno y que me reconcilia conmigo mismo. Soy un hombre que prefiere perder más que ganar con maneras injustas y crueles. Grave culpa mía, lo sé. Lo mejor es que tengo la insolencia de defender esta culpa, y considerarla casi una virtud".

PierPaoloPasolini

domingo, 25 de febrero de 2018




"La aparente permisividad de nuestra sociedad de consumo es una falsedad. Hay una ideología real e inconsciente que unifica a todos, y que es la ideología del consumo... El consumismo es lo que considero el verdadero y nuevo fascismo. Ahora que puedo hacer una comparación, me he dado cuenta de una cosa que escandalizará a los demás, y que me hubiera escandalizado a mí mismo hace diez años. Que la pobreza no es el peor de los males y ni siquiera la explotación. Es decir, el gran mal del hombre no estriba en la pobreza y la explotación, sino en la pérdida de singularidad humana bajo el imperio del consumismo. Bajo el fascismo se podía ir a la cárcel. Pero hoy, hasta eso es estéril. El fascismo basaba su poder en la iglesia y el ejército, que no son nada comparados con la televisión"

Pier Pàolo Pasolini