viernes, 8 de agosto de 2014





Lo primero es lo primero.

Si lo primero fue el verbo, que predica, también lo primero fue regresar al hogar.
El hogar materno, el útero, el huevo, el lugar de donde todo sale.
Regresamos. Siempre estamos volviendo a ese lugar primigenio. Lugar de encuentro.
Vuelve a casa, pero vuelve pronto, se escucha el grito desesperado.
El grito que todos oyen.
El grito del eterno hogar.
De tu casa.


Bienvenidos al cuerpo del dedito.
Ese dedito que tan útil te es.
Bienvenidos otra vez.